Tradiciones que han permanecido vigentes aún con el paso de generaciones enteras, las cuales marcan de una forma distintiva cada una de las culturas a la que pertenecen.
Hemos comprobado que es muy fácil saltar de una cultura a otra por la facilidad de intercambio que hay de un país a otro, sobre todo en las zonas fronterizas, donde la influencia es mayor por la cercanía de territorios.
La convivencia entre México y nuestro país vecino Estados Unidos, aunado a que los adultos no inculcan correctamente nuestra cultura a los menores, ha provocado que la tradición del festejo a los difuntos vaya quedando un poco más enterrada cada año que pasa. La cultura anglosajona se ha ganado un lugar muy bien establecido en las nuevas generaciones mexicanas desde hace muchos años, sobre todo en celebraciones de esta índole.
La noche de brujas o “Halloween”, ha ganado la simpatía de millones de personas que no pertenecen a los países anglosajones, debido a que la dinámica de esta celebración resulta mucho más atractiva para los niños y otros no tan niños: salir a las calles o fiestas, con disfraces, pidiendo dulces y jugando bromas a quien se rehúsa a regalárselos.
Aunque están también quienes son más tradicionalistas y procuran conservar el festejo en su forma inicial, cuyo origen se remonta a las civilizaciones maya y azteca. Aún son muchas las personas que deciden apegarse a la cultura a la que pertenecen y mantener el “formato” original de la celebración, desde una posición más religiosa y en ocasiones humorística acerca de la muerte, contrario al Halloween, que se asocia a los seres sobrenaturales, diversión y al terror.
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“Tanto en el Día de Muertos como el Halloween encontramos elementos propios de nuestra cultura mexicana, como lo es la calabaza; en la cultura mexicana significa las buenas relaciones que tenía el difunto con sus seres queridos, mientras que en Halloween es una forma de representar a la bruja, lo macabro, lo diabólico, y dista mucho, pero son los mismos elementos”. Juan Ramón Prado Salazar, catedrático de la Benemérita Escuela Normal y de la Universidad Pedagógica Nacional, Sociólogo.
Desde un punto de vista mercadológico, ambas fechas son vistas más que nada, como eventos que impactan en la economía; los comercios aprovechan la situación para ofrecer todo tipo de productos, a sabiendas de que las personas los consumirán, sea cual sea la fecha y la celebración.
Un punto importante a destacar es que, aunque parezca algo increíble, es muy probable que, si las familias mexicanas no fomentan la tradición, sobre todo en los estados del norte del país, el Día de Muertos desaparezca. La influencia del país vecino ha sido tal, que en la gran mayoría de los casos, al preguntarle a un niño acerca del Día de Muertos no saben nada, saben muy poco o dicen que no les gusta. En cambio al hablarles de Halloween, responden entusiasmados, saben lo que se hace en la noche del 31 de octubre y lo prefieren antes que otras celebraciones.
Por otro lado están las opiniones de quienes ya hemos conocido ambas partes. Los resultados fueron variados; hubo quienes respondieron que prefieren conservar la cultura mexicana y celebrar el Día de Muertos; otros que prefieren Halloween porque les parece más divertido y no encuentran mucho sentido a la celebración a los difuntos; y también quienes damos importancia a ambas fechas.
En una encuesta realizada por la Profeco (Procuraduría Federal del Consumidor) a mil ciudadanos de todo el país por sobre los festejos de estas fechas, el 81% de los participantes celebrarán el Día de Muertos, el 4% Halloween y el 15% ambos eventos.
La Profeco refirió que la mayoría de quienes recuerdan a sus difuntos ese día colocarán una ofrenda, es decir, el 76%, mientras que quienes celebran Halloween lo harán con una fiesta, equivalente al 90 por ciento.
Quienes prefieren el Día de Muertos consideran la celebración muy importante, correspondiente al 71%. En tanto para aquellos que festejan el Halloween es poco importante, es decir, el 50 por ciento.
Respecto al lugar donde se comprarán los elementos de la ofrenda –flores, veladoras y calaveras de azúcar, entre otros–, el 56% lo hará en mercados públicos, mientras que los artículos para Halloween serán adquiridos por un 43% en tiendas de autoservicio y departamentales.
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