Hermosillo, una ciudad que posee distintos atractivos visuales que, al paso de los años, se han convertido en populares puntos turísticos o bien, agradables lugares para pasar un día o un rato en familia o con amigos.
De lo cientos de lugares disponibles para visitar y conocer, uno de los más importantes y representativos, es el llamado Cerro de la Campana. Éste, es como un faro natural de Hermosillo, pues se puede apreciar desde casi cualquier punto de la ciudad. Históricamente, es el sitio más simbólico y conocido de nuestra capital.
"Cerro de la Campana", un nombre bastante singular, pero ¿qué hay detrás de ese nombre? ¿Por qué lo nombramos de esta manera? Son varias las historias que se cuentan sobre este interesante paraje, de las cuales, tres son las que han trascendido con mayor fuerza por muchas generaciones.
La primera de ellas hace referencia a la forma del cerro, que se asemeja a una campana, visto de oriente a poniente. En la segunda se dice que existe una parte del cerro, en la punta de un risco, la cual al ser golpeada con alguna roca reproduce un sonido similar al una campana. Y por último está una historia, que no es tan conocida como las anteriores, pero que es la más completa y da una mejor explicación.
Se cuenta que en los primeros años de civilización establecida, aun años antes de que a nuestra ciudad se le diera el nombre de Santísima Trinidad del Pitic, el ahora llamado Cerro de la Campana se encontraba ubicado dentro de la zona comprendida por una propiedad privada, algo así como una hacienda, de algunas hectáreas de extensión, perteneciente a un matrimonio, ambos ya de mayor edad y sin hijos. Al enviudar la mujer, todo el territorio que abarcaba la propiedad de su esposo quedó en su poder.
Según cuentan, la mujer tenía algunos trabajadores en su hacienda, que hacían las labores que su esposo hacía en vida; éstos, ubicaban su lugar de trabajo un tanto alejado de lo que era la casa, y la dueña, cuando era la hora de la comida, los llamaba con una campana, porque, debido a la distancia, no escucharían su voz.
De esto solo podemos afirmar que son historias que han perdurado por años, cada quien la cuenta a su modo y tal vez de distintas maneras, pero nadie sabe con total exactitud de donde surgió.
Lo único que queda claro, es que además de tener una historia de muchos años atrás, el Cerro de la Campana es uno de los puntos más atractivos de la ciudad. Justo en la cima, al final del camino empedrado, está el mirador, el más alto de la ciudad y del que se puede apreciar a Hermosillo casi en su totalidad.
Lugar concurrido por hermosillenses y turistas, ofrece al visitante una hermosa vista de la ciudad, y es mejor si la visita se realiza al atardecer o cuando el sol ya se haya ocultado.
Nombrado en 1909 el mirador por excelencia de nuestra ciudad, es, sin duda alguna, uno de los lugares que ofrecen una vista inigualable, un lugar tradicional, representativo, turístico, que vale la pena conocer, y si nunca has ido, vale la pena conocer.
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